ana paes
(1982, A Guarda, ES)
Su fotografía nos hace conscientes de los intersticios que hay entre un plano y otro, nos muestra que esa continuidad aparente de la imagen-movimiento es, en efecto, sólo aparente, y nos invita, a mirar en los recovecos. En su serie de “Rayogramas de agua y plantas” translada el papel fotosensible en medio de la noche a la orilla del río Manzanares (Madrid). Lo sumerge en el agua y lo expone a un rápido instante de luz. Un destello es suficiente para registrar en el papel lo que durante esa fracción de segundo queda atrapado entre la luz y el papel: el flujo del agua, una reverberación, unas hojas que nadan… pero también permanece el registro de otras luces como las estrellas, la luna o unas farolas cercanas.
En las obras de Ana no existe el tiraje clásico, las fotografías son piezas únicas, la artista abre la imagen, deteniéndola, pero no del todo. No la ofrece como algo estático y fijo, sino como una imagen que está a medio camino entre el tiempo expandido y un preciso instante. Una imagen que es puro cine, que es puro tiempo.